Néstor Oscar Morris
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 A Ñ O    2 0 0 4

NUESTRO TIEMPO
 
Nuestro tiempo
no encontró su lugar en las horas
del espacio, plural en historias,
que acompañó el momento de su alba.

Entibió las mañanas posibles,
tejiendo un arrebol sobre los sueños
que serpenteaban calmos cada instante.

No pretendió ser cielo sin fisuras,
bastaba con tornarse en la más breve
estrella, que anidara tanta espera.

Se aferró a los misterios que permiten
creer en la ventura de las almas,
que ejercen su verdad contra lo adverso.

Así va nuestro tiempo,
sin premisas,
buscando alguna estela que derive
entre dos puertos,
prestos hace tiempo.

AQUI ESTOY


Cuando se descarrile
la más antigua y lastimada de tus lágrimas,
aquella que ha bordeado precipicios
intentando llegar a un cauce manso.

Cuando tu voz naufrague
en un mar aturdido de silencios
y no resuenen ecos
al indefenso andar de los suspiros.

Cuando no tengas norte que te oriente
y camines incierta,
pisando las astillas encendidas
de algún cristal quebrado en el pasado.


Considera que estoy en la frontera,
dispuesto a la cosecha de tus lágrimas
con besos donde aniden y se duerman,
queriendo entrelazar tu palabra y mi espera
y acercando la mano como siempre
para juntos andar
el resto de los pasos que nos quedan.

ALCANCIAS
 
Unas burdas maderas disfrazadas de roble
simétricas manijas
un repaso del lustre
y ya está la alcancía.
Con la primer moneda
se dará por conforme
y buscará un lugar donde esconderse
de tanta hipocresía que florece
por detrás de las máscaras.
 
INTERLUDIO
 
Cae una lluvia calma,
apenas perceptible,
sobre el amanecer
de este Enero sediento.

Invita a caminar de pies descalzos
sobre la hierba fresca,
para aplacar el pecho
con perfumes de menta
y comprender, al menos
por un pequeño instante,
que la tierra está viva
y todo anda a la espera
de nuestras intenciones.

Tal vez nos demos cuenta,
que la única manera
de conquistar un sueño,
es dar el primer paso
aunque resulte trunco.

DOÑA NELLY

a mi madre


Me trajiste a la vida un febrero
y de allí en adelante
tal ha sido tu paso en mi rastro
nido y ala
palabra y sustento
que no puedo intentar la osadía
a esta altura
cuando estoy volviendo
de buscar el más grato recuerdo
para hablar de mi dicha por ello.


Simplemente disfruto que hoy puedo
y agradezco a quien sea tenerte
para darle a tus ojos los míos.

Sé muy bien
que aunque el tiempo te pueble de olvidos
tienes presto mi nombre y el beso
como siempre
apenas me acerco
 
 
PRECAUCION
 
Yo conocí
(de alguna forma)
el viento y la dureza
de tus desfiladeros,
donde, sin previo aviso,
la tormenta arreciaba
contra cualquier intento
de alcanzarlos.

Estaba entre los cálculos
claudicar sin revancha.
(En esta ruta
no existe la oficina de reclamos)

Pero es distinto hoy:
la nieve está muy blanda
y el peligro se pinta de inconsciencia.

De modo que prefiero,
recuperar las cosas que me quedan,
iniciar el descenso sin apuros
y esperar otro tiempo más propicio.
 
HOJAS ATRAS
 
Serán tal vez las hojas que he arrancado
gastando el almanaque de mi vida,
que viajo con frecuencia hasta el pasado,
para traer de nuevo la dormida
historia de algún tiempo que ha quedado
tan lejos, que he perdido ya medida,
de cuánto fue verdad y cuánto sueño,
qué acompañó al azar y qué al empeño.

Las calles de mi pueblo, polvorientas,
una luz alambrada en cada esquina,
arrullos de torcazas cenicientas
y unos marlos ardiendo en la cocina.
La abuela, que si tardo se impacienta
y me sale a buscar como gallina,
que no quiere perder ningún polluelo
mientras yo iba jugando en otro cielo.

El mundo no paró, siguió corriendo
llevándose inclemente la alegría
de mis mejores horas y no entiendo
cómo pasó tan pronto cada día.
A veces me descubro discutiendo
por no poder lograr la fantasía,
de volver a empezar como en un cuento.
Nostalgias de un ayer, amarillento.

RISAS
 
Dónde estarán ahora
mis risas veinteañeras?
Viajaban insolentes
con todos mis proyectos
y no las volví a ver
entre las horas
que siguieron después.

Quizás sintieron miedo
de los miedos ajenos
y decidieron esconderse
de tan buena manera
que no logran saber
donde asomar de nuevo.

En tanto las extraño
y trato de echar luz
en cada sombra
para ver si las hallo
y las traigo otra vez
a mi espejo.
 
LO QUE TENGO
 
Te ofrezco mi derecha
y el izquierdo
y la mediocridad de mi disculpa,
porque no sé que exista
una buena disculpa.
Es, que ninguna borra
la causa de su origen,
apenas si se archiva
el legajo del caso
para verlo / tal vez
más adelante.
De modo que te ofrezco
lo que tengo,
no sé si es suficiente,
pero es todo
lo que puedo arrimar
hasta tus ojos.
 
PARPADEOS
 
Chapuzón

Estoy ahí
a la vuelta nomás
de tus pestañas
para cuando lo quieras
darnos un chapuzón
en algún sueño.

-

Horizonte


No hay mejor horizonte
que aquel de tu silueta
cuando al amanecer
te veo dormida
salpicada de nácar
entibiando las sábanas.


-

Norte


Sobre la geografía de tu cuerpo
todos los puntos cardinales tienen
la particularidad de ser mi norte.

CADA VEZ QUE ME DICES TE QUIERO
 
Cada vez que me dices te quiero
es como si no hubieran existido
otros te quiero antes
parece que estrenaras el milagro
para que caiga en cuenta
de lo frágil que soy
ante esas dos palabras.

Mis huéspedes oscuros
se marchan en tropel
tal vez encandilados por tu imagen
y me invade serena
una confianza hecha
con trazos de ternura
que escapan de tus ojos
sin urgencia.

Cada vez que me dices te quiero
me siento un poco más independiente
de las fragilidades de mis días
dejo atrás las fronteras maltrechas
cubierta de hojarasca sin respuestas
y pueblo de proyectos inmediatos
mi corazón mis manos y mis labios.

DIA DE VISITAS

Caminaban la prisa del ausente
con un aire lejano en la mirada,
cada tanto un rezongo incoherente
chocaba contra el eco de la nada.

Ese era un día jueves, diferente,
una primera vez desconsolada,
todo se había caído de repente,
la vida era otra, desolada.

Una hilera de rostros parecidos
ya estaban en la fila con su espera
de respuestas esquivas al acierto.

Tomaron su lugar y conmovidos
dejaron que una lágrima se fuera
para regar de pena el desconcierto
 
LA LOMA
 
Sé de una loma que acaba
ahogándose en un arroyo,
toda vestida de verde
con tréboles y gramilla.
Flores silvestres salpican
sin rumbo fijo el paisaje,
mientras comparten su canto
mistos, tordos y calandrias.
De tarde cuando acrecienta
el caudal que fresco baja,
vuelan perfumes de menta
entremezclados con salvia.
Más allá, cuando la cuesta
quiere sentirse montaña,
hay piedras por donde mires
blancas, grises y morenas.
Un monte de pinos crece
buscando tocar el cielo,
quise contarlos, no pude,
porque mi vista no alcanza.

En esa loma algún día,
con las piedras de la cuesta
y las mejores maderas
que los pinos me regalen,
he de levantar mi sitio.
Una bonita cabaña
donde no falten las flores
ni la menta, ni la salvia.
Donde los pájaros sepan
despertarme junto al alba,
con sus primeros gorjeos
dispersos por la montaña.
En esa loma algún día,
si me acompañan los pasos
de la mujer que yo quiero,
sería como si el cielo
me regalara una estrella
para colgarla en mi sueño.

FRAGILIDAD
 
Son frágiles mis horas.
Sin avisar estallan
y entonces, como dagas,
los minutos se clavan
en mis ojos ansiosos,
que buscan en las piedras
retoños asomando,
cuando todos sabemos
que las piedras tan solo
se erosionan sin pausa,
o se quiebran y siguen
su destino de arena.
 
INTERROGANTES
 
Hay silencios
que no se guardan nada
entre los labios.

Un laberinto de horas me dejaron
frente al invierno de la ausencia
y no supe a qué voz
darle mis párpados.

Si a la celda sombría
con su rumor de miedos
y una humedad de lágrimas vencidas
o al onírico espejo
donde tu rostro ríe
y me convoca.

SEGURO QUE PASASTE
 
Seguramente,
alguna vez pasaste
delante de mis ojos
y yo no me di cuenta.

Aunque pienso ha de ser
un hecho repetido,
en todos los rincones
de este mundo,
no voy a perdonarme
haber desperdiciado,
mis chances de sentir
cada mañana,
un cielo diferente
pintándome las horas
que me aguardan.
 
LAS PEQUEÑAS COSAS
 
En las pequeñas cosas,
las que no se practican
porque nacen sin planes,
es donde yo te encuentro
con la imagen más bella.
Me sorprendes de pronto,
atemperando el viento
de la peor tormenta,
con la caricia simple,
el mohín, la sonrisa,
el beso o la palabra
que buscaba sin suerte.

Vos sabés que te quiero,
lo digo y lo practico.

Pero, cuando me siento
más atado a tu rumbo
y el regocijo llena
el cauce de mis horas,
es cuando la ternura
de las pequeñas cosas,
las que no se practican
porque nacen sin planes,
me renueva la dicha
de tenerte a mi lado.
 
VAYA UNO A SABER LA RAZON
 
Quién no acercó una vez
(por decir una vez)
su caricia sin miedo
al lomo de algún perro abandonado?

o le brindó comida
y agua fresca
detrás de alguna mueca complaciente?

o le puso una colcha
que no usaba
(excusa del momento)
para que transcurriese algo mejor
la noche que llegaba?


Quién no escondió una vez
(por decir una vez)
la mano o la comida
o una ropa archivada
y también la mirada
cuando el que estaba enfrente
era uno de nosotros
que a pedir se arrimaba?
 
IBERA
 
El agua corre mansa,
como si pretendiera
prestarme algo de tiempo,
para que me emborrache
bebiendo este paisaje.

Aquí se encuentran
todos los verdes inventados,
salpicados de flores,
mojados por auroras impecables.

La canoa paciente
se desliza callada.
Escucho trinos
de aves que no veo.
Un borbollón sacude
este sosiego.

Presiento que me observan
criaturas sorprendidas por mi paso,
pero no los diviso
entre la inmensidad de este milagro.

La noche, sin aviso,
se fue adueñando de cada celeste.
Un farol a lo lejos,
me señalaba el punto
en donde bajaría con mis sueños.

En tanto, las estrellas,
jugaban sus destellos
navegando conmigo,
para hacerme creer
que el cielo estaba allí,
mucho más cerca
de lo que yo creía.
 
ANTES DE SABERLO
 
Antes de saberlo
no nos dimos cuenta
que la vida es breve
que mayoritariamente
perdemos el tiempo
en sitios vacíos
sin tener en cuenta
que en el mismo tiempo
en ese momento
desarrolla el día
repetidamente
cientos de milagros
en torno a nosotros.

Antes de saberlo
no nos damos cuenta
que hay gente cercana
a nuestros afectos
con los ojos mansos
poblados de esperas
y las manos vivas
dispuestas a un vuelo
de caricias nuevas.

Antes de saberlo
no nos damos cuenta
que después no alcanza
la historia que resta
para mirar todo
lo ayer ignorado.

Que ya no hay manera
de beber el agua
que por el camino
hemos derramado.

Y que si dejamos
un beso perdido
durmiendo en los labios
del ser que nos ama
quizás se haya muerto
de pena o de olvido
y nosotros / tontos
ni cuenta nos dimos.
 
DISTANCIAS
 
Quisiera en este momento
contar con alguna brisa
que se llevara de prisa
al lecho de tu aposento
un soplo de lo que siento
para arrimarlo a tu pelo
como caricia del c ielo
esperando que sonrías
por suponer que son mías
las palomas de este vuelo.

Alejarse puede ser
excusa para el olvido
que emplea quien no ha sentido
la nostalgia de querer
sin alcanzar a entender
por qué se hace largo el día
justo cuando más se ansía
que el camino de regreso
lleve la distancia a un beso
y el oprobio a la armonía.

Acá distante te espero
sin reclamarle a la vida
que se ajuste a la medida
del modo en que yo te quiero
si lo justo es verdadero
como marca lo enseñado
todo el tiempo que ha pasado
tendrá premio merecido
aquí en suelo conocido
o allá en un cielo ignorado.
 
MUECA
 
Tengo las manos vacías de palabras
los ojos ciegos de mirar esperas
y una profunda tristeza que golpea
cada latido de mis pensamientos.

Quise aferrarme de la mejor brisa
para llegar al puerto que soñaba,
pero los mares se quedaron secos
y se encalló, perdida, mi esperanza.

Soy una sombra que quedó sin dueño
como la hoja que perdió su rama
y el mundo sigue su camino, ajeno,
a una sonrisa que murió temprana.
 
EL CUADERNO
 
Anoche,
después de haber cenado
y tomado café
(tenaz costumbre),
me acomodé en el living
dispuesto a repasar
un viejo libro.

Como siempre que leo,
mi cuaderno de apuntes
y un lápiz sin alcurnia
acompañan la escena,
para guardar aquello
que me rasga el sosiego
de los ojos y el alma.

A poco de empezar
y sin haber motivo que lo justificara
(al menos conocido),
me asaltó una pregunta:
¿Cuántas razones hay
por las cuales se afirme
que bien vale la pena
vivir intensamente cada día?

Y me puse a escribir, una por una,
las que solas surgian
y las que yo encontraba
después de revisar entre mis rastros.

Era muy tarde.
La rutina persiste,
al margen de los libros y pensares.
De modo que guardé todo en su sitio
y le entregué mis sueños a la almohada.

Al día siguiente,
los ritos de costumbre
y a la calle.

Fue menos de una hora
lo que anduve.

Me alcanzó para ver:
las villas desbordadas como siempre,
pequeños mendigando entre los autos
o juntando cartón de la basura,
corruptos empuñando su uniforme
buscando la propina mañanera,
más rejas que macetas florecidas,
casi ninguna risa en los semblantes
de todas las personas que cruzaba.
Y el periódico, frío, que me dice
que apareció el cuerpito de una nena
y alertan por un cambio en nuestro clima
capaz de desquitarse con millones
de seres sin ninguna alternativa,
que Haití es una bomba entre las manos
e Irak respira a muerte diariamente...

Me propuse no ser tan arriesgado.
Cuando salga de casa,
entre las manos,
debe viajar conmigo aquel cuaderno,
el que dice razones por las cuales se afirma,
que bien vale la pena
vivir intensamente cada día.
 
SUPUESTOS
 
Hay verdades que lucen conocidas
y cosas que no pasan de supuestos,
de las cuales conozco quien opina
que todo, alguna vez, se nos presenta.

Si esto se diera así, aguardo el día
que pases ante mi con tu inocencia,
de no saber que soy quien te esperaba
y quieras alumbrar lo que me resta. 

 
REPASANDO
 
Alguna vez trepé
por tus pestañas frías
y me sentí rescoldo
de esos ojos marrones. 
Alguna vez probé
navegar tus suspiros
y terminé en un beso
perdido de razones. 
Alguna vez busqué
curarte los lamentos,
con un verso que supo
alegrar tus rincones. 
Alguna vez marché
al campo del olvido,
me acurruqué en un sueño
que te tomó por nido.
 
 















 






 
 

 


 
 

 

 




Gracias por su comentario.
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