NUESTRO TIEMPO
Nuestro tiempo no encontró su lugar
en las horas del espacio, plural en historias, que acompañó el momento de su alba.
Entibió las mañanas posibles,
tejiendo un arrebol sobre los sueños que serpenteaban calmos cada instante.
No pretendió ser cielo sin fisuras,
bastaba con tornarse en la más breve estrella, que anidara tanta espera.
Se aferró a los misterios que permiten
creer en la ventura de las almas, que ejercen su verdad contra lo adverso.
Así va nuestro tiempo, sin
premisas, buscando alguna estela que derive entre dos puertos, prestos hace tiempo.
AQUI
ESTOY
Cuando se descarrile la más antigua y lastimada de tus lágrimas, aquella que ha bordeado precipicios
intentando llegar a un cauce manso.
Cuando tu voz naufrague en un mar aturdido de silencios y no resuenen
ecos al indefenso andar de los suspiros.
Cuando no tengas norte que te oriente y camines incierta, pisando
las astillas encendidas de algún cristal quebrado en el pasado.
Considera que estoy en la frontera, dispuesto
a la cosecha de tus lágrimas con besos donde aniden y se duerman, queriendo entrelazar tu palabra y mi espera y
acercando la mano como siempre para juntos andar el resto de los pasos que nos quedan.
ALCANCIAS
Unas burdas maderas disfrazadas
de roble simétricas manijas un repaso del lustre y ya está la alcancía. Con la primer moneda se dará por conforme y
buscará un lugar donde esconderse de tanta hipocresía que florece por detrás de las máscaras.
INTERLUDIO
Cae una lluvia calma,
apenas perceptible, sobre el amanecer de este Enero sediento.
Invita a caminar de pies descalzos sobre
la hierba fresca, para aplacar el pecho con perfumes de menta y comprender, al menos por un pequeño instante,
que la tierra está viva y todo anda a la espera de nuestras intenciones.
Tal vez nos demos cuenta, que
la única manera de conquistar un sueño, es dar el primer paso aunque resulte trunco.
DOÑA NELLY
a mi madre
Me trajiste a la vida un febrero y de allí en adelante
tal ha sido tu paso en mi rastro nido y ala palabra y sustento que no puedo intentar la osadía a esta
altura cuando estoy volviendo de buscar el más grato recuerdo para hablar de mi dicha por ello.
Simplemente disfruto
que hoy puedo y agradezco a quien sea tenerte para darle a tus ojos los míos.
Sé muy bien que aunque el
tiempo te pueble de olvidos tienes presto mi nombre y el beso como siempre apenas me acerco
PRECAUCION
Yo conocí (de alguna
forma) el viento y la dureza de tus desfiladeros, donde, sin previo aviso, la tormenta arreciaba contra cualquier
intento de alcanzarlos.
Estaba entre los cálculos claudicar sin revancha. (En esta ruta no existe la oficina
de reclamos)
Pero es distinto hoy: la nieve está muy blanda y el peligro se pinta de inconsciencia.
De
modo que prefiero, recuperar las cosas que me quedan, iniciar el descenso sin apuros y esperar otro tiempo más propicio.
HOJAS ATRAS
Serán tal vez las
hojas que he arrancado gastando el almanaque de mi vida, que viajo con frecuencia hasta el pasado, para traer
de nuevo la dormida historia de algún tiempo que ha quedado tan lejos, que he perdido ya medida, de cuánto fue
verdad y cuánto sueño, qué acompañó al azar y qué al empeño.
Las calles de mi pueblo, polvorientas, una luz
alambrada en cada esquina, arrullos de torcazas cenicientas y unos marlos ardiendo en la cocina. La abuela, que
si tardo se impacienta y me sale a buscar como gallina, que no quiere perder ningún polluelo mientras yo iba jugando
en otro cielo.
El mundo no paró, siguió corriendo llevándose inclemente la alegría de mis mejores horas y
no entiendo cómo pasó tan pronto cada día. A veces me descubro discutiendo por no poder lograr la fantasía, de
volver a empezar como en un cuento. Nostalgias de un ayer, amarillento.
RISAS
Dónde estarán ahora mis
risas veinteañeras? Viajaban insolentes con todos mis proyectos y no las volví a ver entre las horas que siguieron
después.
Quizás sintieron miedo de los miedos ajenos y decidieron esconderse de tan buena manera que no
logran saber donde asomar de nuevo.
En tanto las extraño y trato de echar luz en cada sombra para ver si
las hallo y las traigo otra vez a mi espejo.
LO QUE TENGO
Te ofrezco mi derecha y
el izquierdo y la mediocridad de mi disculpa, porque no sé que exista una buena disculpa. Es, que ninguna borra la
causa de su origen, apenas si se archiva el legajo del caso para verlo / tal vez más adelante. De modo que
te ofrezco lo que tengo, no sé si es suficiente, pero es todo lo que puedo arrimar hasta tus ojos.
PARPADEOS
Chapuzón
Estoy ahí a la vuelta nomás de tus pestañas para cuando lo quieras darnos un chapuzón
en algún sueño.
-
Horizonte
No hay mejor
horizonte que aquel de tu silueta cuando al amanecer te veo dormida salpicada de nácar entibiando las
sábanas.
-
Norte
Sobre la geografía de
tu cuerpo todos los puntos cardinales tienen la particularidad de ser mi norte.
CADA VEZ QUE ME DICES TE QUIERO
Cada vez que me dices
te quiero es como si no hubieran existido otros te quiero antes parece que estrenaras el milagro para que
caiga en cuenta de lo frágil que soy ante esas dos palabras.
Mis huéspedes oscuros se marchan en tropel
tal vez encandilados por tu imagen y me invade serena una confianza hecha con trazos de ternura que escapan
de tus ojos sin urgencia.
Cada vez que me dices te quiero me siento un poco más independiente de las fragilidades
de mis días dejo atrás las fronteras maltrechas cubierta de hojarasca sin respuestas y pueblo de proyectos inmediatos
mi corazón mis manos y mis labios.
DIA DE VISITAS
Caminaban la prisa del ausente con un aire lejano en la mirada, cada tanto un rezongo incoherente chocaba
contra el eco de la nada.
Ese era un día jueves, diferente, una primera vez desconsolada, todo se había caído
de repente, la vida era otra, desolada.
Una hilera de rostros parecidos ya estaban en la fila con su espera
de respuestas esquivas al acierto.
Tomaron su lugar y conmovidos dejaron que una lágrima se fuera para
regar de pena el desconcierto
LA LOMA
Sé de una loma que acaba
ahogándose en un arroyo, toda vestida de verde con tréboles y gramilla. Flores silvestres salpican sin
rumbo fijo el paisaje, mientras comparten su canto mistos, tordos y calandrias. De tarde cuando acrecienta el
caudal que fresco baja, vuelan perfumes de menta entremezclados con salvia. Más allá, cuando la cuesta quiere
sentirse montaña, hay piedras por donde mires blancas, grises y morenas. Un monte de pinos crece buscando
tocar el cielo, quise contarlos, no pude, porque mi vista no alcanza.
En esa loma algún día, con las piedras
de la cuesta y las mejores maderas que los pinos me regalen, he de levantar mi sitio. Una bonita cabaña donde
no falten las flores ni la menta, ni la salvia. Donde los pájaros sepan despertarme junto al alba, con sus
primeros gorjeos dispersos por la montaña. En esa loma algún día, si me acompañan los pasos de la mujer que
yo quiero, sería como si el cielo me regalara una estrella para colgarla en mi sueño.
FRAGILIDAD
Son frágiles mis horas. Sin avisar
estallan y entonces, como dagas, los minutos se clavan en mis ojos ansiosos, que buscan en las piedras retoños
asomando, cuando todos sabemos que las piedras tan solo se erosionan sin pausa, o se quiebran y siguen su destino
de arena.
INTERROGANTES
Hay silencios que no se guardan
nada entre los labios.
Un laberinto de horas me dejaron frente al invierno de la ausencia y no supe a
qué voz darle mis párpados.
Si a la celda sombría con su rumor de miedos y una humedad de lágrimas vencidas
o al onírico espejo donde tu rostro ríe y me convoca.
SEGURO QUE PASASTE
Seguramente, alguna vez pasaste
delante de mis ojos y yo no me di cuenta.
Aunque pienso ha de ser un hecho repetido, en todos los
rincones de este mundo, no voy a perdonarme haber desperdiciado, mis chances de sentir cada mañana, un
cielo diferente pintándome las horas que me aguardan.
LAS PEQUEÑAS COSAS
En
las pequeñas cosas, las que no se practican porque nacen sin planes, es donde yo te encuentro con la imagen
más bella. Me sorprendes de pronto, atemperando el viento de la peor tormenta, con la caricia simple, el
mohín, la sonrisa, el beso o la palabra que buscaba sin suerte.
Vos sabés que te quiero, lo digo y lo
practico.
Pero, cuando me siento más atado a tu rumbo y el regocijo llena el cauce de mis horas, es
cuando la ternura de las pequeñas cosas, las que no se practican porque nacen sin planes, me renueva la dicha
de tenerte a mi lado.
VAYA
UNO A SABER LA RAZON
Quién
no acercó una vez (por decir una vez) su caricia sin miedo al lomo de algún perro abandonado?
o le brindó
comida y agua fresca detrás de alguna mueca complaciente?
o le puso una colcha que no usaba (excusa
del momento) para que transcurriese algo mejor la noche que llegaba?
Quién no escondió una vez (por
decir una vez) la mano o la comida o una ropa archivada y también la mirada cuando el que estaba enfrente
era uno de nosotros que a pedir se arrimaba?
IBERA
El agua
corre mansa, como si pretendiera prestarme algo de tiempo, para que me emborrache bebiendo este paisaje.
Aquí
se encuentran todos los verdes inventados, salpicados de flores, mojados por auroras impecables.
La canoa
paciente se desliza callada. Escucho trinos de aves que no veo. Un borbollón sacude este sosiego.
Presiento
que me observan criaturas sorprendidas por mi paso, pero no los diviso entre la inmensidad de este milagro.
La
noche, sin aviso, se fue adueñando de cada celeste. Un farol a lo lejos, me señalaba el punto en donde bajaría
con mis sueños.
En tanto, las estrellas, jugaban sus destellos navegando conmigo, para hacerme creer que
el cielo estaba allí, mucho más cerca de lo que yo creía.
ANTES
DE SABERLO
Antes
de saberlo no nos dimos cuenta que la vida es breve que mayoritariamente perdemos el tiempo en sitios
vacíos sin tener en cuenta que en el mismo tiempo en ese momento desarrolla el día repetidamente cientos
de milagros en torno a nosotros.
Antes de saberlo no nos damos cuenta que hay gente cercana a nuestros
afectos con los ojos mansos poblados de esperas y las manos vivas dispuestas a un vuelo de caricias nuevas.
Antes de saberlo no nos damos cuenta que después no alcanza la historia que resta para mirar todo
lo ayer ignorado.
Que ya no hay manera de beber el agua que por el camino hemos derramado.
Y
que si dejamos un beso perdido durmiendo en los labios del ser que nos ama quizás se haya muerto de pena
o de olvido y nosotros / tontos ni cuenta nos dimos.
DISTANCIAS
Quisiera en este momento contar con alguna brisa que se llevara de prisa al lecho de tu aposento un
soplo de lo que siento para arrimarlo a tu pelo como caricia del c ielo esperando que sonrías por suponer
que son mías las palomas de este vuelo.
Alejarse puede ser excusa para el olvido que emplea quien no ha
sentido la nostalgia de querer sin alcanzar a entender por qué se hace largo el día justo cuando más se ansía
que el camino de regreso lleve la distancia a un beso y el oprobio a la armonía.
Acá distante te espero
sin reclamarle a la vida que se ajuste a la medida del modo en que yo te quiero si lo justo es verdadero como
marca lo enseñado todo el tiempo que ha pasado tendrá premio merecido aquí en suelo conocido o allá en un
cielo ignorado.
MUECA
Tengo
las manos vacías de palabras los ojos ciegos de mirar esperas y una profunda tristeza que golpea cada latido de
mis pensamientos.
Quise aferrarme de la mejor brisa para llegar al puerto que soñaba, pero los mares se quedaron
secos y se encalló, perdida, mi esperanza.
Soy una sombra que quedó sin dueño como la hoja que perdió su rama
y el mundo sigue su camino, ajeno, a una sonrisa que murió temprana.
EL
CUADERNO
Anoche,
después de haber cenado y tomado café (tenaz costumbre), me acomodé en el living dispuesto a repasar un
viejo libro.
Como siempre que leo, mi cuaderno de apuntes y un lápiz sin alcurnia acompañan la escena,
para guardar aquello que me rasga el sosiego de los ojos y el alma.
A poco de empezar y sin haber
motivo que lo justificara (al menos conocido), me asaltó una pregunta: ¿Cuántas razones hay por las cuales
se afirme que bien vale la pena vivir intensamente cada día?
Y me puse a escribir, una por una, las que
solas surgian y las que yo encontraba después de revisar entre mis rastros.
Era muy tarde. La rutina persiste,
al margen de los libros y pensares. De modo que guardé todo en su sitio y le entregué mis sueños a la almohada.
Al día siguiente, los ritos de costumbre y a la calle.
Fue menos de una hora lo que anduve.
Me
alcanzó para ver: las villas desbordadas como siempre, pequeños mendigando entre los autos o juntando cartón de
la basura, corruptos empuñando su uniforme buscando la propina mañanera, más rejas que macetas florecidas, casi
ninguna risa en los semblantes de todas las personas que cruzaba. Y el periódico, frío, que me dice que apareció
el cuerpito de una nena y alertan por un cambio en nuestro clima capaz de desquitarse con millones de seres sin
ninguna alternativa, que Haití es una bomba entre las manos e Irak respira a muerte diariamente...
Me propuse
no ser tan arriesgado. Cuando salga de casa, entre las manos, debe viajar conmigo aquel cuaderno, el que dice
razones por las cuales se afirma, que bien vale la pena vivir intensamente cada día.
SUPUESTOS
Hay
verdades que lucen conocidas y cosas que no pasan de supuestos, de las cuales conozco quien opina que todo, alguna
vez, se nos presenta.
Si esto se diera así, aguardo el día que pases ante mi con tu inocencia, de no saber
que soy quien te esperaba y quieras alumbrar lo que me resta.
REPASANDO
Alguna
vez trepé por tus pestañas frías y me sentí rescoldo de esos ojos marrones.
Alguna
vez probé navegar tus suspiros y terminé en un beso perdido de razones.
Alguna
vez busqué curarte los lamentos, con un verso que supo alegrar tus rincones.
Alguna vez marché al campo del olvido, me acurruqué en un sueño que te tomó
por nido.
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